La actriz María Galiana comenta en Liarla Pardo el drama de las residencias, unos centros que no le gustan “nada” y que considera “una pena” vivir en ellos.

Me da pena el hecho de que existan residencias. Cuando era jovencita, por lo menos en mi familia, no se consideraba la posibilidad de que los viejos fueran a un asilo. A partir de un cierto momento, se puso más de moda, no sé por qué”, comenta.

La veterana actriz, que ha acudido a alguno de estos centros, muestra recelo ante la “sensación de tener todo perfectamente acuartelado” que hay. “He pensado -estando allí-: 'Lo que darían los viejos por hacerse una tostada'”, añade Galiana.

Creo que es una pena vivir en una residencia, porque no se ve a gente joven, porque no tienes relación más que con gente que tiene muchos achaques... Es una sensación de todo perfectamente acuartelado que no me gusta nada”, zanja.

Antes, María revela que no ha pasado miedo durante el confinamiento, el cual ha pasado en Sevilla. Durante la cuarentena ha cumplido 85 años, algo que no le importa demasiado: “También los ha cumplido Woody Allen y ahí lo tienes, trabajando”. “No soy nada miedosa, soy valiente. Cuando vino la sensación tan mala por el coronavirus, pensé: 'Pues habrá que morirse'”, bromea Galiana.