Pedro Sánchez lleva 73 días sin pronunciar la palabra amnistía en público. La última vez que lo hizo fue el 21 de julio, dos días antes de las elecciones. Tras su cita con el rey este martes, los periodistas han preguntado varias veces al presidente del Gobierno en funciones, durante una rueda de prensa que ha durado más de 30 minutos, pero no han conseguido que pronuncie la palabra.

Y mientras vamos a por el día 74 sin que Sánchez la diga, arrancan las negociaciones para su investidura y todos piensan en ella. Porque las demandas de las formaciones independentistas catalanas para apoyar al socialista parten de la amnistía, y llegan hasta el referéndum.

El presidente tiene hasta el 27 de noviembre, fecha límite, para negociar con los grupos, y ya ha dicho que hablará con todos menos con Vox. Empezará este mismo miércoles con Yolanda Díaz, líder de Sumar y su principal socia, a las 10:00 horas en el Congreso.

Seguro que en las negociaciones estará sobre la mesa la amnistía de los políticos catalanes, pero de momento lo único que ha avanzado es que negociará con "generosidad" y dentro del marco de la Constitución. Es "la hora de la generosidad", dice, para "encontrar entre todos una forma de articular una mayoría parlamentaria que nos permita un gobierno para una legislatura".

Sobre el referéndum, es tajante: "No es solo que no lo contempla la Constitución, sino que es contrario a lo que yo he defendido siempre con mi palabra y mi acción".

Defiende que los acuerdos que se lleven a cabo en el trascurso de estas negociaciones tienen que ser "trasparentes" y estar "refrendados por el legislativo". ¿Eso es por el acuerdo de investidura o por una posible amnistía?