Los novatos sólo se atreven a reconocer el sufrimiento cuando se ven lejos de los años universitarios. La humillación sexual es el plato fuerte de los ritos de iniciación. En ellos humillan a la mujer y ensalzan el papel dominante del hombre. ¿La mano ejecutora? Universitarios veteranos que mañana serán médicos, ingenieros, economistas, políticos o empresarios.
¿Por qué no denuncian los novatos esas vejaciones? Es una ley no escrita: si hablas de novatadas, es para defenderlas. Los veteranos no quieren perder esa sensación de poder sobre otro ser humano. Por ello disfrutan subastando a sus novatos medios desnudos, como si fueran ganado. Les emborrachan de la peor manera, aunque acaben enfermos. Si se niegan, volverán de noche y les sacarán a la fuerza.
Los ritos de iniciación cruzan la línea y llegan al Senado. Por primera vez, la cámara alta aprueba por unanimidad una moción sobre Educación: frenar las novatadas. Pero para muchos universitarios ya es tarde, están marcados de por vida.