María José es propietaria de uno de los pisos que han desalojado desde una empresa antiokupación. Afirma que cada mes perdía 400 euros por no poder alquilar su piso, y tiene dos hipotecas que pagar.

"Yo soy una auxiliar, no tengo un sueldo grande, entonces para mí este alquiler supone poder pagar la hipoteca y que no me quiten el piso", ha afirmado entre lágrimas.

Tras desokupar su casa, los operarios de la empresa le ayudan a cambiar el bombín. Algo que pueden hacer gracias al contrato firmado por los propios okupas, que abandonaron el domicilio tras 30 minutos de presiones.

"En el momento que han salido por la puerta y me han firmado el documento y se han ido reconocen que se van entregándose ellos sus llaves y, saliendo libremente de la propiedad, pierden el uso y disfrute", ha afirmado el operario.