El día de la muerte de Lucía Garrido Manuel Alonso desayunó en un bar muy cercano a la finca donde fue hallado el cadáver de la mujer. A media mañana, paró a repostar en una gasolinera y acudió al zoo de Castellar a la hora en la que ocurrió el crimen de Lucía Garrido.

Ricardo, el dueño del zoo, confirma a laSexta que el exmarido de Lucía estuvo allí el día en el que ella fue presuntamente asesinada. "Venía a ofrecerme animales. Yo lo veía una vez al mes", cuenta.

Manuel viajó tres veces seguidas en tres días al zoo de Castellar con la pareja que tenía en ese momento. Al juez le contó que acababa de conocer a la mujer y que le quiso enseñar el zoo porque el entraba gratis. Tras su visita al zoo, Manuel Alonso se dirigió a la playa de Sotogrande, a tan solo 15 kilómetros y solo cuatro horas después volvió a repostar gasolina, donde dejó su rastro en un vídeo que grabó la cámara de seguridad de la gasolinera y en papel.

Y es que Manuel guardó los tickets de casi todos los lugares por los que pasó el día en el que Lucía Garrido fue asesinada. Sin embargo, no guardó los papeles de los días anteriores. En concreto, Manuel repostó dos veces en un intervalo de dos horas y en un recorrido de 119 kilómetros y en total se gastó 90 euros, algo que el hombre justificó en la Audiencia Provincial de Málaga alegando que hizo "la ruta más rápida que era la de la autovía".

Su última parada fue Ronda. Sin embargo, nada más llegar, recibió una llamada y regresó de inmediato a la finca. "Recuerdo que sobre las 22:00 horas llegó Manuel y vino diciendo que tenía los tickets de dónde había estado y todo el mundo que estaba allí decía: 'Qué bien se ha preparado la coartada", cuenta una amiga de Lucía Garrido a Equipo de Investigación.

"Esa coartada no se la creía nadie porque tú no repostas dos veces. Él se da cuenta de que en una de las gasolineras donde reposta no hay cámaras y él necesitaba esa coartada y reposta poco después... es que todo es muy raro", cuenta Rosa Garrido, hermana de la mujer asesinada.

Asimismo, la mujer recuerda que no la dejaron entrar en la casa de su hermana para coger la ropa de su hija, pero que, sin embargo, días después dejaron entrar a Manuel. "De hecho, hay otra testigo que dice que él llegó con papeles y que decía: 'Si me pillan con esto me empapelan'", afirma Rosa Garrido.