En 1999, Rafael Amargo se sentó por primera vez en un plató con Isabel Gemio, icono televisivo de los 90. En ese año, empieza a surtir efecto el fenómeno Amargo y el bailaor rompe las tablas de los escenarios más importantes del mundo con su primera obra de Lorca: Poeta en Nueva York.

Personalidades de la música, la televisión y el cine apoyan su proyecto, y en aquel momento, Antonio Albella, exintegrante del icónico grupo Locomía, y el bailaor forjan una amistad que durará años. "Rafael Amargo es un volcán, es un volcán de ideas y de experiencias, es un volcán continuo, y para trabajar con él tienes aceptar lo que yo llamo 'El mundo amargo'", expresa el artista en Equipo de Investigación. Puedes ver la entrevista al exintegrante de Locomía en el vídeo principal que acompaña a esta noticia.