Rafael Amargo mostraba orgulloso a los medios el piso que acababa de comprarse en el centro de Madrid con solo 25 años. El bailaor estaba pletórico y en lo más alto de su carrera. No imaginaba que 20 años después, esa misma casa sería el epicentro de una investigación policial.

El periodista Luis F. Durán explica en Equipo de Investigación cuál era presuntamente el 'modus operandi' del bailaor: "Él compraba cantidades de droga no muy grandes y las entregaba a las mulas, y las mulas eran las que distribuían esa droga a los clientes", señala el periodista, quien destaca que, de esta forma, el artista "evitaba que le involucrasen en la distribución de sustancias estupefacientes".

En este sentido, Luis F. Durán indica que "el reparto de la droga corresponde a 'El Cubita', una persona de su entorno, una persona que le había hecho algún tipo de trabajo en alguna reforma y con la que tiene relación desde hace mucho tiempo".