Alona es una de esas personas ucranianas que ha pasado por la Academia de Infantería de Toledo para entrenarse, aprender a coger un arma y poner rumbo a Ucrania para participar en la guerra. Ella es, como se define en una entrevista en El Objetivo una "civil 100%". "No soy deportista ni tenía idea de armas", cuenta la joven, que vivía "tranquilamente en España trabajando como traductora".

La joven vivía en España desde hace 14 años pero no ha dudado en apuntarse al Ejercito para poder volver a Ucrania. Jamás en su vida había disparado un arma, cuenta, pero no ha dudado en aprender a hacerlo. "Está siendo muy duro, pero tenemos unos instructores super exigentes que sacan lo mejor de lo que podemos dar. Nosotros no sabíamos que éramos tan fuertes", explica, hablando de los instructores españoles que enseñan en Toledo a manejarse en el campo de batalla. "Sacan sangre, sudor y lágrimas, y descubrimos la fuerza que tenemos por dentro", asegura.

La sensación que se le queda después del duro entrenamiento y antes de viajar a Ucrania es la de "placer", dice, porque "sabes que vas a poder volver a defender tu país". Preguntada por cómo se prepara psicológicamente, Alona cuenta que su misión no es atacar, sino la de defenderse, "y si para defenderte tienes que coger un arma y eliminar al enemigo, es lo que hay. Solo queremos defendernos, la paz". "Psicológicamente cualquiera estamos preparados desde el 24 de febrero de hace un año", añade.

Pese a que sus familiares, algunos de los cuales también viven en Madrid, no entienden su situación, Alona asegura que "lo lleva por dentro": "Siento que tengo que hacer algo. Es mi país y es lo que tengo que hacer".