Ebrima Konateh es un joven nacido en Gambia que llegó a España hace cuatro años, siendo menor de edad. Para un menor no acompañado cumplir 18 años supone una dramática cuenta atrás para abandonar su piso tutelado y evitar caer en la exclusión social, pero él ha logrado salvar los obstáculos y ahora tiene trabajo y un futuro prometedor. Andrea Ropero le entrevista en El Intermedio, donde Ebrima relata cómo se fue de Gambia con 15 años para ayudar a su madre y hermanos: "No teníamos el suficiente dinero", explica el joven, que agrega: "Salí de mi país para un futuro mejor".

Aunque él quería ir a Italia, solo llegó hasta Libia, donde le encarcelaron hasta en tres ocasiones e incluso le torturaron: "Nos cogían y nos pegaban debajo de los pies", recuerda Ebrima, que explica que sus captores extorsionaban a las familias amenazando con matar a sus hijos: "He visto muerte en mi cara en diferentes maneras", rememora.

Una vez en España, fue a parar a un centro de menores donde, debido a su altura, el director "pensaba que no era menor". Tras un mes allí, le trasladaron a una residencia dependiente de los Servicios Sociales y le inscribieron en un colegio. Sin embargo, al cumplir los 18 años se acababa su tutela, con el riesgo de acabar en la calle. Fue entonces cuando Alberto le acogió en su casa: "Soy uno más de la familia", explica hoy Ebrima, que ha estudiado un Grado de Electricidad y encontrado trabajo; preguntado sobre sus planes de futuro, el joven explica que le gustaría empezar su propia empresa en su país de origen. Puedes escuchar su historia completa en el vídeo que ilustra esta noticia.

La emotiva reflexión del joven que acogió a Ebrima

Cuando unos amigos propusieron a Alberto acoger a Ebrima, el joven dijo que no. Estaba soltero y tenía 35 años, no quería complicarse la vida. Sin embargo, esa noche no pudo dormir pensando en su situación y finalmente decidió acogerle en su casa, como explica en este vídeo: