Ana Peleteiro emprende junto a Albert Espinosa un viaje al pasado en su Galicia natal. Ambos visitan los lugares en los que la atleta pasó gran parte de su infancia y adolescencia. Hacen una parada en un centro donde Peleteiro acudía para recibir clases de baile gallego.

A su llegada le espera un emotivo homenaje: un grupo interpreta una canción tradicional gallega. Además, se reencuentra con un profesor al que no veía desde hacía casi dos décadas. "Una negra gallega haciendo baile gallego", bromea la joven. Asegura que "bailaba lo que podía" porque no se le daba "muy bien", aunque reconoce que le "encantaba".

"No se te daba mal para nada, no estoy de acuerdo", replica el profesor. La atleta asegura que tuvo que tomar una dura decisión: "Me encantaba, pero no se me daba como el atletismo".

"Como era los sábados, esos días también competía y se complicaba compaginar las dos cosas", revela. "A mí me encantaba el baile, lo que pasa es que soy muy competitiva (...) Me gusta ser la mejor y yo aquí no era la mejor. Las niñas bailaban que 'flipabas'", explica Peleteiro.