Los hosteleros de Zaragoza participantes de Batalla de restaurantes visitan el restaurante Valdeconsejo, de un Cristina, una de sus rivales. Sin embargo, nada más entrar las discusiones no paran de sucederse. "Macho, no haces más que interrumpirme, tío", critica Carlos, propietario del Asador de los Gigantes a Fran, del Pepito Ternera. Pero Fran, lejos de calmar las aguas, enfada más a Carlos llamándolo Antonio. "Antonio no, Carlos para ti, me cago en la hostia", afirma muy enfadado Carlos, que ataca a Francisco: "Tienes menos luces que el barco de un contrabandista".

"No te vengas en el carro de la Cristina de la falta de respeto, tranquilo, relájate", pide Francisco a Carlos, que continúa muy enfadado con su rival: "Pues tÚ sigue por ese camino y verás dónde te voy a mandar". "Hostia, qué brasas eres", insiste Carlos, pero Francisco también insiste en cambiarle el nombre, algo que enfadada aún más al propietario del Asador de los Gigantes.

"Que tengo menos luces... Antonio, cuidado", afirma Francisco a su rival, que estalla: "Te he dicho que no me llames Antonio, que me llamo Carlos". "Ten cuidadito", insiste, por su parte, Francisco a Carlos, protagonizando un momento de tensión en el que cada vez están más enfadados y cerca. "Cuidadito de qué tengo que tener, ¿me estás amenazando?", pregunta Carlos a su rival, quien le pide que no le hable de esa forma.

"No me toques, para hablar no hace falta tocar", pide muy tenso Carlos a Francisco, quien le advierte de que tenga cuidado con lo que habla. "¿Con qué?, cálmate tú", avisa, por su parte, Carlos a Francisco, al que avisa: "A mí, amenazas las justas".