Los posibles indultos a los presos del procés independentista en Cataluña han levantado duras críticas en el seno del PSOE, donde hay una clara división de opiniones tras las palabras de Pedro Sánchez, de que es tiempo "para la concordia" y tras el rechazo del Tribunal Supremo en un informe en el que señala que no aprecia razones de "justicia, equidad y utilidad pública", y tampoco arrepentimiento.

El que sí ha defendido la postura del presidente del Gobierno ha sido su jefe de Gabinete, Iván Redondo. En declaraciones en el Congreso ha asegurado que se tiraría por un barranco por Pedro Sánchez. "Lo primero que tiene que hacer un asesor es tirarse por el barranco por su presidente, y yo lo hago. Aquí, ahora y mañana", ha manifestado.

Además, ha señalado que "para arreglar lo que ha pasado en la última década se necesita un liderazgo valiente" y "en la vida, como en la política, a veces no hay soluciones fáciles, pero siempre hay un camino".

Una de las voces más críticas ha sido la de Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, que ha asegurado que los indultos serán una "condena" para el PSOE: "Lo último que querría es que un indulto injustificado a alguien que quiere seguir haciendo lo mismo se convierta en una condena para la organización que lo sustenta".

Opinión similar ha verbalizado el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que ha señalado que es "evidente" que "no debe ser indultado quien no quiere serlo porque no respeta ni cree en las leyes que lo hacen posible".