El caso Madrid Arena está lleno de irregularidades de principio a fin: desde la contratación del recinto por la empresa de Miguel Ángel Flores hasta la actuación de los equipo médicos. Para comenzar, el recinto de Madrid Arena no podía albergar macrofiestas como la de Halloween al tratarse de un recinto nada seguro. El edificio no era seguro en dos aspectos claves: la protección contra incendios y las posibles salidas de evacuación.

El alquiler del recinto por parte de una empresa como la de Flores, con deudas pendientes, se podría explicar por la relación del empresario con el vicealcalde de Madrid, Miguel Ángel Villanueva. Además, el aforo del recinto se excedió en casi el doble de lo permitido.

La seguridad del evento fue deficiente y existían cámaras de seguridad falsas dentro de las instalaciones. El servicio médico quedó a manos de un señor de casi 80 años y la enfermería era totalmente deficiente.