Poco después de desatarse la polémica, Irene Villa quitaba hierro a los tuits de Guillermo Zapata, afirmando que ella era la primera en hacer bromas sobre sí misma. Recibió, sin embargo, muestras de apoyo y, en un artículo en 'La Razón', titulado 'Más fuerte que el odio', quiso puntualizar.

Agradecía el cariño, pero a la vez quería aclarar su postura: "Jamás me sentí ofendida ni aludida por esos chistes". Afirmaba que esos tuits, más que a los propios protagonistas, a quien había hecho más daño había sido a la dignidad de todo el país.

Y atención con la siguiente afirmación: "Lo que de verdad me duele en el alma son los insultos, amenazas que están sufriendo los propios políticos que, sin haber empezado apenas su labor, son ultrajados de una forma tan antihumanitaria, injusta e incluso demente, como: "Te mereces la guillotina y la horca".

Irene Villa dice que lo que sí es denunciable y condenable es quienes, por el mero hecho de pertenecer a un partido político, han sido objeto de amenazas. Y añade: "Si resulta que ese cambio que tenía que generar ilusión, nuevos horizontes, lo que despierta es el odio, me temo que eso sí ha de preocuparnos".

Eso sí, no las bromas o chistes o como quieran llamarse. Dice: "Los chistes, francamente, son sólo eso, chistes con los que uno se puede reír o no. Y hay que tener presente que no hace daño el que quiere sino el que puede".