Sahraa Karimi es una directora de cine afgana, probablemente la más importante de la historia del país. Ha sido el rostro y la visión del cine del oriente próximo, encabezando la empresa estatal Afghan Film. Con la toma de Kabul tuvo que salir huyendo de su país, y actualmente está a salvo en Ucrania, donde, en un encuentro promovido por la primera dama del país, ha hecho una petición de ayuda a la comunidad internacional.

"Luchamos mucho, peleamos 20 años", comienza a narrar la cineasta en una intervención marcada por la emoción en su voz, entrecortada debido a las lágrimas. "En un momento estábamos sentados, como vosotros, en nuestras oficinas, en nuestros bancos, estábamos incluso peleándonos con nuestros amigos, o charlábamos con nuestros más íntimos. Y, de repente, vienen y se apoderan de Kabul".

La artista no se detiene ahí en su relato. "Simplemente vienen y nos matan, porque queremos ser libres, queremos ser iguales a cualquier mujer y niño, artistas, directores de cine de todo el mundo. Porque cometimos el error de nacer en Afganistán entre muchos, muchos malos vecinos y malos enemigos", se lamenta.

Por eso, reclama una acción conjunta a la comunidad internacional. "Si reconocen políticamente a los talibanes, si los aceptan, destruirán nuestras vidas, las vidas de las mujeres".

Su alegato ha tenido lugar en Kiev, la capital ucraniana, donde ella y su familia están ahora a salvo. Karimi formó parte del foro Kyiv summit of First Ladies and Gentlemen "Soft Power in the New Reality" ['Cumbre de primeras damas y caballeros: el poder blando en la nueva realidad', en castellano].