Virginia Laiglesia lleva 29 años viviendo en Codogno, epicentro del brote de coronavirus que sufre el norte de Italia y uno de los pueblos que se encuentra en cuarentena. Denuncia que la población está recibiendo "poquísima información", que las noticias les llegan "a través de la televisión" y que ya no quedan mascarillas.

Hoy solo ha salido de casa para abastecerse de comida y otros productos de primera necesidad, pues los supermercados han limitado su horario de apertura, mientras que bares y restaurantes han cerrado del todo. Pese a la cuarentena, Virginia asegura que se ve gente por la calle, "más que nada porque van a buscar alimentos y los víveres que necesitamos, sobre todo de primera necesidad".

"No hay mascarillas", añade, indicando que incluso se ha puesto en contacto con la Cruz Roja para preguntar dónde conseguirlas. Sin embargo, tampoco allí han podido ayudarla: "Me han dicho que ellos tampoco tenían", afirma.

En el supermercado -relata- ha hecho una hora de fila y los clientes solo podían entrar de diez en diez. "No está muy organizado", critica esta española, que afirma que "empiezan a escasear algunos alimentos, sobre todos los productos frescos, la fruta y la verdura".

"No sé si llegará a todos para abastecernos", advierte Virginia, que explica que "no hay un orden" a la hora de comprar los productos para que alcance para todos. "Cada uno coge lo que necesita y llena sus carros como puede", detalla.

El pueblo en el que reside forma parte de la 'zona roja' que estará 14 días en cuarentena, según han informado las autoridades de la región de Lombardía. El Ayuntamiento, afirma Virginia, se ha limitado a publicar la ordenanza de la región en su web.

"No sabemos nada", reitera esta ciudadana. "No hay mascarillas, ¿abrís los comercios de alimentación y no nos dais mascarillas? ¿Queréis que nos contaminemos entre nosotros?", reprocha a las autoridades locales, asegurando que el Consulado por el momento "no se ha interesado" por los españoles residentes en Codogno.