Increíble pero cierto, una familia rusa ha decidido prescindir de las clásicas mascotas, y la que ha elegido es un oso pardo que pesa 133 kilos y mide más de dos metros.

Stepan, como han llamado al oso, fue encontrado herido en el bosque por Svetlana y Yuriy, que le acogieron en su hogar. La madre del animal había sido abatida por unos cazadores, y Stepan no podría haber sobrevivido con sus heridas sólo en el bosque.

En las ímagenes se puede ver lo domesticado que está, tanto que se le puede ver jugando a la pelota con sus dueños, cuyo plan inicial era cuidarlo hasta que pudiera reintroducirse en la vida salvaje.