"Quería crear el diseño más único y asqueroso del mundo, para que cuando alguien lo viera reconociera que era mío al instante", ha declarado la creadora Sarah Louise Bryan a la edición británica del 'HuuffPost'.

Para elaborar el diseño, la peculiar artista ha utilizado vello púbico donado por personas de todo el mundo, después de que ella misma lo pidiera a través de las redes sociales. "Me ponía a trabajar con gafas protectoras, mascarillas y los guantes más gruesos que tenía porque ¿quién quiere comer pelo púbico?", ha contado la británica al periódico 'The Sun'.

Además, ha anunciado que está dispuesta a vender su particular vestido, pero solo a una persona muy conocida o a un museo porque quiere que su diseño siga siendo exclusivo.