Un año después, Adriana Martín no irá al homenaje a las víctimas para "dar la espalda" a las administraciones, porque les han dejado "solos". En una entrevista, Martín relata que el 17A del pasado año se enteró de que su madre estaba herida porque su padre, que se encontraba en Suecia, le envió un vídeo en el que se veía a la mujer ensangrentada, frente a un quiosco de las Ramblas, intentando incorporarse.

"Me entró un ataque de pánico, de histeria", ha explicado Martín, que luego supo que su hermana, que no aparecía en el vídeo, también estaba herida, grave al igual que su madre, si bien ambas lograron sobrevivir.

Con Barcelona blindada por los Mossos d'Esquadra, Martín, que vive en Sant Cugat del Vallès (Barcelona), no pudo llegar hasta el hospital en el que estaba ingresada su madre hasta pasada la 1 de la madrugada.

"Es una angustia horrible, que no recomiendas a nadie", recuerda la mujer, que entiende que los Mossos blindaran la ciudad, pero cree que tendrían que establecerse protocolos para que algún coche patrulla pudiera hacer traslados de familiares hasta los hospitales, para ayudar en las tareas de reconocimiento y para acompañar a los heridos. Según Martín, la espera fue "muy larga, muy desesperante", ya que la "incertidumbre era enorme".

"En el vídeo se veía a mi madre intentando incorporarse, pero no sabes si ha quedado paralítica", agrega. "A mi hermana la encontraron a las doce de la noche, tras siete horas sin saber nada de ella", explica. Fue un primo quien, haciendo una ruta por hospitales, la localizó en estado crítico en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Sant Pau de Barcelona.

Un año después, la madre y la hermana heridas están mejor, si bien no recuerdan nada de lo ocurrido justo antes del atentado: "lo último que recuerdan es que mi hermana hacia unas fotos. No oyeron ni a la furgoneta ni gritos", indica.

Ni la madre ni la hermana han querido volver a las Ramblas. "No quieren pisarla", señala Adriana Martín. "Yo, una vez, al mes de los atentados, sí que fui, porque necesitaba ver el vídeo en el lugar, lo necesitaba para ubicar dónde había pasado cada cosa, para entender ese día, ese momento. Pero subir y bajar las Ramblas paseando no lo he hecho", cuenta la mujer. Como algunas de las víctimas, Adriana Martín denuncia que se han sentido "muy solas" durante todo este tiempo y que apenas han notado el apoyo de las administraciones.