Nacho y Jaime tuvieron a su hijo por gestación subrogada en Canadá. Cuando acudieron al consulado español en Toronto para registrarlo como ciudadano español comenzó su calvario: el cónsul se negó a hacerlo: "Él dijo que no era competente para hacer esa inscripción en el registro consular cuando nosotros sabemos que sí es competencia suya", afirma uno de los padres.

Se negó a pesar de que presentar todos los documentos legales necesarios: "Tiene el sello de que es auténtico aunque el cónsul no lo acepta". "Tanto la sentencia como el certificado de nacimiento está legalizado por el consulado general del España en Toronto. Tenemos nuestra sentencia por un juez que acredita la veracidad de esto, nuestra sentencia, que es lo que establece la instrucción", explican Nacho y Jaime.

Se refieren a una instrucción dictada por el Ministerio de Justicia en 2010 que, según abogados expertos en derecho de familia, el cónsul debe acatar: "El funcionario público está obligado a inscribirla porque lo ha dicho la mayor instancia española en registros que es la dirección general de los registros y el notariado. Su cargo no está ahí para dilucidar cuestiones morales, está para aplicar la ley", comenta Charo García Marisca, experta en derecho de familia 'García Mariscal Abogados'.

Su caso no es único, hay unas 20 familias españolas afectadas por esta decisión del cónsul español en Toronto:"No estamos pudiendo cobrar prestaciones de paternidad ni de maternidad para poder cuidar de él, el otro día me denegaron el cheque de educación infantil para poder meterlo en una guardería", dice Nacho.

Hemos intentado hablar con el consulado, pero nos remiten a la Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Exteriores, de la que no hemos obtenido respuesta, tampoco, del Ministerio de Justicia. Nacho y Jaime, como muchos otros afectados, piden que su bebé tenga los mismos derechos que cualquier otro hijo de padres españoles.