Las pruebas del proyecto piloto de oxigenación del agua del Mar Menor ya han comenzado. Consiste en la difusión de oxígeno puro en áreas concretas. Las pruebas, que ha puesto en marcha el Gobierno de Murcia, durarán dos meses y se realizarán en seis hectáreas y a una profundidad de tres metros.

Se trata de una medida que no está vista con buenos ojos desde el Ministerio de Transición Ecológica. Francisca Baraza, miembro del equipo de actuaciones dependiente del Ministerio asegura que "no merece la pena" ya que es "no es una medida que pueda resolver absolutamente nada".

Para el Gobierno regional lo verdaderamente importante son otras dos medidas como "la bajada del nivel del acuífero" y "cesar la entrada de agua que se produce por la rambla".

Pero ninguna de las dos medidas se está llevando a cabo, porque, según explica Antonio Luengo, consejero de Medio Ambiente de Murcia, "corresponde a la Confederación Hidrográfica del Segura, dependiente del Ministerio".

Y es el ministerio quien tiene las competencias pero no creen que esa sea la solución: "Lo importante es poner el foco en el punto clave que ha motivado la crisis de la laguna, y ese punto clave es la contaminación por nitratos fundamentalmente".

Tampoco lo creen los expertos que la rambla ni el acuífero vayan a a ser la solución. "Hay que intervenir en el origen, que es la agricultura. Acabar con lo regadíos ilegales que están ahora mismo contaminando", apunta Eduardo Salazar, abogado del Pacto por el Mar Menor.

Es el gobierno regional el que regula la actividad agrícola y debe acabar con las explotaciones ilegales. El Ministerio considera que no lo hace y el Gobierno murciano dice que no es su competencia: "Es el Ministerio el que tiene que velar porque no haya ni un solo metro cuadrado de tierra que se esté regando de forma ilegal".

Porque es el Gobierno regional quien tiene el 80% de las competencias en torno al Mar Menor, pero no se toman esas medidas que afectan directamente a la agricultura y la sombra de una nueva anoxia planea sobre la laguna.