En Barcelona se está viviendo casi un otoño tropical, y el tiempo parece  contagiarse en sus habitantes, "¡qué gusto poder vivir en una ciudad con este tiempo!", dice  una transeúnte  de la ciudad, contenta de caminar por la calle bajo un sol que hace que la temperatura no baje de 18 grados y retrase el cambio de armario.

Porque en la costa las sandalias y camisetas se mantienen en el armario, mientras las cazadoras permanecen guardadas.

En Valencia donde no bajan de los 20 grados y en el resto del mediterráneo, de momento, ni rastro de nubes.

Más al centro de la península, en Madrid, con 21 grados de máxima,  incluso los hay que se atreven a tomar el sol, "para ser noviembre hace muy buen tiempo".

Mientras que en  Sevilla reinan las terrazas, “más que en otoño parece finales de primavera”, opina un sevillano.

El contrapunto a tanto sol lo pone Galicia, donde en todo el mes de octubre aquí  ha llovido el triple de lo habitual.