Jay Watson, un niño de Reino Unido de cuatro años, ha vivido un momento muy desagradable. El pequeño ha sido víctima de una negligencia médica por la cual no ha podido abrir un ojo durante cinco días.

Jay se había hecho una brecha en la frente, por lo que sus padres lo llevaron al hospital Alexandra de Woodrow en Redditch, donde el médico decidió que no era necesario darle puntos de sutura y optó por utilizar pegamento quirúrgico. Un material que se utiliza en caso de heridas poco profundas para que la cicatriz que pueda quedar no sea tan visible.

Mientras el médico le cerraba la herida, los padres que estaban atentos, vieron cómo un mal movimiento hizo que el pegamento goteara por la cara del pequeño llegando hasta el ojo, cuenta el medio británico Mirror.

El ojo de Jay se llenó de pegamento, pero los médicos aseguraron que lo podría abrir unos días más tardes. Sin embargo, el niño comenzó a ponerse nervioso y tras llegar a casa, sus padres lo tuvieron que llevar de nuevo al hospital porque no poder abrir el ojo le produjo un grave episodio de estrés.