La lucha contra el fentaniloen Estados Unidos tiene nombre de mujer. Las madres de las víctimas se han unido para luchar contra esta potente droga y advertir a la sociedad sobre los riesgos de su consumo.

Cristina Rabadán es una científica manchega que vive en Washington desde los años 90. Allí formó su familia, pero en 2019 perdió a su hijo Jonathan, de 28 años. Una sobredosis acabó con su vida. "Cuando la causa es una enfermedad como esta, la gente no tiene suficiente conocimiento para entender que son personas enfermas", asegura en laSexta, como se puede observar en el vídeo superior.

Jonathan consumió heroína contaminada con trazas de fentanilo, un opiáceo entre 50 y 100 veces más potente que la heroína y la morfina. Francisco J. Fraticelli, presidente de 'Coalición de coaliciones', advierte de que "se puede producir fácilmente, sin las exigencias de un laboratorio sofisticado", algo que permite que el vendedor de drogas "pueda maximizar sus ganancias".

Elena Suárez es otra de las madres que perdió a una hija a causa del consumo de esta droga. "Yo la miré y le dije que si no dejaba esas sustancias se iba a morir (...) ya había tenido cuatro sobredosis y sabía que en cualquier momento algo podía pasar", lamenta en laSexta.

Estas madres luchan ahora para intentar que esta epidemia deje de matar a más hijos. Reclaman educación en prevención desde el colegio y que la adicción a las drogas "deje de ser un estigma social, tratándose como cualquier otra enfermedad".