Israel no tiene escrúpulos: asesina a niños y madres que esperaban en las colas del hambre para conseguir suplementos nutricionales

Este jueves, tras miles de palestinos muertos y desplazados de forma forzosa por el Gobierno de Benjamín Netanyahu, la Unión Europea e Israel han sellado un acuerdo para aumentar la entrada de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza. Suena bien, sin perder de vista que quienes pueden parar el genocidio lo siguen consintiendo. Eso sí, todavía hay demasiadas incógnitas.

Por ejemplo, nos preguntamos quién, en concreto, se va a encargar de conseguir que es ayuda llegue y se reparta de verdad entre los gazatíes. Pero también, es importante saber si detrás del reparto de ayuda humanitaria va a seguir estando la organización privada señalada por su nefasta gestión. Poder que ostenta, con el respaldo de Estados Unidos y de Israel, desde el pasado 27 de mayo. Desde entonces, ha sido varis veces denunciadas por organizaciones humanitarias. Hasta por la ONU.

Y es que, a día de hoy, 782 personas han sido asesinadas en puntos de reparto de comida. La última vez que un gazatí ha muerto en estas circunstancias es muy reciente. Se ha producido en la noche de este miércoles y sus víctimas han sido madres y niños que esperaban para poder recoger, por fin, alimentos para sus pequeños. Mientras esperaban con la idea de saciar su hambre y controlar la desnutrición, Israel ha bombardeado. Una decena de niños han sido asesinados. Por ello, nos hacemos una nueva pregunta: ¿estos niños pequeños también eran terroristas? En total, solo durante este jueves, 82 palestinos han sido asesinados.

Más ataques contra los gazatíes

Las imágenes que se pueden ver en el vídeo que acompaña a esta noticia son, les advertimos, durísimas. Son del momento posterior a un brutal ataque en Deir el Balah, donde Israel ha asesinado a niños que solo pretendían hacerse con suplementos nutricionales.

A medida que el humo se va disipando, la esperanza de las madres es que alguno de los niños que solloza sea el suyo. Pero las carretillas aparecen repletas de niños en silencio. "Ella no hizo nada, es inocente, lo juro. Su sueño era que terminara la guerra y que lo anunciaran hoy, volver a la escuela", dice una madre entre lágrimas de dolor.

Ibrahim es un joven que quedó atrapado en un edificio en ruinas, en Ciudad de Gaza, durante el miércoles. Sin poder salir, casi sepultado, consiguió llamar por teléfono con su familia y contarles que le estaba cayendo agua hirviendo encima, tras la explosión. Sabían dónde estaba y cómo, pero los incesantes bombardeos del Ejército de Netanyahu y la falta de herramientas han hecho imposible su rescate. Los efectivos lo han encontrado, un día después, calcinado ente los restos de su casa.

Igual de terrible ha sido la noche, donde los bombardeos sobre las tiendas de campaña de refugiados nos han dejado una imagen impensable. La de niños enterrados junto a su cama.

En el hospital, los heridos son tratados en el suelo o en las pocas camas que quedan libres. Porque la noche del miércoles fu especialmente larga, con Israel bombardeado tiendas de campaña en Al Mawasi; mientras que el hospital más cercano advertía de que les quedan pocas horas antes de quedarse sin combustible.

Este hombre trata de sacar a un niño que ha quedado atrapado bajo la tierra mientras dormía. Muchos otros han quedado atrapados y vivos bajo los escombros de los edificios. Israel avanza a toda prisa en su exterminio mientras el alto el fuego se fragua lentamente en los despachos.