Marcelo recorre una vivienda que ya no le pertenece. Esperaba que el Gobierno pudiera ayudar a familias como la suya, que ingresa 375 euros al mes. Indefenso, Marcelo se pregunta qué va a hacer ahora. No está en una situación lo suficientemente vulnerable para el Estado.No se ajusta porque sus hijos son mayores de edad. En febrero del año que viene le desahucian. No puede ni regresar a su país, a Ecuador, no tiene dinero para pagar los billetes de avión a su familia.

Cintia agradece el apoyo de sus vecinos. Han evitado que la policía entrara en su casa y la desalojara. El banco le ha ofrecido un piso en alquiler por 200 euros al mes.
Gisela respira tranquila, pero sólo por el momento. Firmó su crédito con un prestamista. El nuevo decreto ley del Gobierno no la ampara.  Y tampoco la moratoria de la banca. Que tenga que abandonar su vivienda será cuestión de tiempo.

El caso de Amalia ya no tiene solución. Se suicidó hace apenas una semana. Sus vecinos han entrado en la sucursal bancaria que firmó su desahucio. A ella el nuevo decreto tampoco le hubiera ayudado.