Marta se sometió a una mastopexia para mejorar la forma de sus pechos. Según explica, iba "ciega" a aquella operación: "Esta [clínica] me da mejor precio, pero no sabía a qué me exponía", afirma. Un desconocimiento que le ha costado sufrir una mala praxis en un centro de estética 'low cost' de Madrid.

Ahora, relata, tiene una prótesis más grande y otra más pequeña: "Ha quedado encapsulado el pecho y nadie responde a nada", denuncia. El daño está hecho, pero ya ha presentado una denuncia por negligencia médica ante la Justicia.

Ella es una de las 400.000 personas que cada año deciden someterse a cirugías estéticas en España. El aumento de pecho y la reducción es de las intervenciones más populares entre las mujeres, mientras que la liposucción es la segunda más habitual entre ambos sexos. "Estaba mejor sin operarme", lamenta ahora Marta.

El miedo paraliza, cuenta, y aunque ella ha denunciado, no todos tienen esa fuerza. En este sentido, el abogado penalista Alberto Martín apunta que "la mayoría de la gente no reclama porque no tienen dinero" o "no quieren después de pasar el calvario del quirófano pasar el calvario de los tribunales".

Entretanto, los cirujanos estéticos cada vez atienden a más pacientes que piden arreglos tras los destrozos de una primera operación. Médicos como Antonio Díaz Gutiérrez, experto en cirugía plástica, estética y reparadora, que calcula que la cirugía secundaria puede suponer entre un 40 y un 50% de los pacientes que acuden a su consulta privada.

Y es que las cirugías estéticas deben ser realizadas por cirujanos especializados. Además, el paciente tiene el derecho de pedir su titulación. "El porcentaje de complicaciones que asistimos, en el 90% de nuestras pacientes son pacientes que se han intervenido con gente sin titulación", advierte el doctor Díaz Gutiérrez, que reclama "que haya una legislación clara y un control por parte de la Administración".

Por su parte, el letrado destaca que "se cuentan con dedos de la mano" los casos en los que un profesional pueda llegar a ingresar en prisión por un caso de este tipo. Exigir garantías profesionales es, pues, de suma importancia, porque nuestra salud está por encima de todo.