Ángel Hernández se muestra molesto después de que se haya pedido seguir investigando por violencia machista su caso, pero menos enfadado que la vez anterior con la decisión de la Audiencia Provincial.

"Me ha venido de perlas, hablando irónicamente, porque podemos estar en el candelero de la necesidad de hablar de la eutanasia", explica Ángel, que insiste en que ellos entregaron todas las pruebas al juzgado: "El juzgado tiene todas las pruebas que demuestran que no es violencia de género". Y añade que es "una interpretación ideológica como pasó con 'la Manada'".

Todavía no tiene decidido si recurrirá al Supremo, porque su objetivo es que el caso de María José nunca quede en el olvido y por eso no se arrepiente de lo que pasó. "Yo estoy en contra de la tortura y ella se estaba torturando", explica.

No donará ni las grúas ni la silla de su mujer hasta que culmine su lucha porque aunque se confiesa "agotado", deja claro que va a seguir hasta que no aprueben la ley de eutanasia. Por su mujer y por todos los que están sufriendo, Ángel asegura que no se rendirá.