Desde hace más de diez años, el primer viernes de agosto es una fecha a señalar en todos los calendarios. Se conmemora el Día Internacional de la Cerveza, fiesta que este año coincide con el 2 de agosto.

La celebración tiene su origen en un pequeño bar californiano pero su éxito fue tal que se acabó exportando a países de todo el mundo. A pesar de ello, algunos países ya celebraban su Día de la Cerveza. Por ejemplo, en Alemania homenajean a esta bebida el 23 de abril y unos días antes, el 5 de abril, lo hacen en Estados Unidos.

El consumo de cerveza de los españoles

La cerveza es una bebida muy popular en España pero, ¿cómo la consumimos los españoles? La Asociación de Cerveceros elabora un estudio anual sobre esto. El Informe socioeconómico del sector de la cerveza en España 2018” explica qué tipo de consumidores somos los españoles.

En 2018 el consumo de cerveza en nuestro país se ha incrementado un 1,5% respecto al año pasado, lo que supone que bebemos más de 40 millones de hectolitros al año. El consumo por persona se sitúa en los 52 litros anuales, lo que nos coloca por debajo de la media europea.

La Asociación se explica que esto se debe a que en España seguimos unas pautas de consumo mediterráneas. Es decir, un consumo moderado normalmente acompañado de alimentos y en su mayoría en un contexto social.

Además, la cerveza se erige como una bebida global que no entiende de distinciones, ni de sexo ni de clases sociales. Al menos 8 de cada 10 personas afirmaron consumirla en el último año. El consumo entre mujeres ha aumentado hasta el 87% por lo que la diferencia respecto a los hombres es de tan solo dos puntos. Mayormente consumimos cerveza fuera del hogar y esta se erige como la bebida fría más consumida en la hostelería.

La industria cervecera en España

Esta industria ha alcanzado un alto nivel en el país. En 2018, las cerveceras españolas comercializaron más de 36 millones de hectolitros, experimentando un aumento del 1,4% sobre el año anterior.

Además, la zona donde más cerveza se comercializó en 2018 continuó siendo aquella donde hay mayor afluencia de turismo y buen clima: la zona sur. En Andalucía y Badajoz se produjo el 23% del comercio total, más de 8 millones de hectolitros.

También se produce un gran comercio de cerveza en el centro de la península, con casi 8 millones de hectolitros, y en el noreste peninsular e islas baleares, con cerca de 7,5 millones.

La cerveza en la economía española

Esta industria realiza un significativo aporte a la economía nacional. La popularidad de la cerveza hace que sea la bebida alcohólica con mayor recaudación de impuestos y generación de empleo.

Sobre el empleo, se calcula que se generan unos 344.000 puestos de trabajo gracias a esta bebida, 7.000 de manera directa en las cerveceras. España es el segundo país de la Unión Europea en el que el sector cervecero crea más empleo, tan solo por detrás de Alemania.

En cuanto a impuestos, en 2018 se recaudaron 354 millones en tasas a esta bebida. En esto influye que casi el 90% de la cerveza que se consume en España sea de producción nacional.

Grifos de cerveza

La opinión del experto

El nutricionista Luis Alberto Zamora desmontaba en su espacio en El Muro de laSexta algunos de los mitos más escuchados sobre el consumo de cerveza. Uno de los más comunes es pensar que podemos sustituir el agua por una cerveza para “recuperar líquidos”: A pesar de que muchos se empeñen en defender que la cerveza hidrata, no hay que olvidar que tiene una parte de alcohol que, al contrario, deshidrata.

Tampoco es buena para el corazón, no hay estudios médicos que recomienden esto como un remedio para las afecciones cardíacas. Lo de que la cerveza no engorda es otro mito: el alcohol tiene calorías, que no son nutritivas sino “vacías”.

En cuanto a sus valores nutritivos, Luis Alberto Zamora nos recuerda que que la cerveza no puede ser considera como un alimento. Se trata, en realidad, de un fruitivo: una sustancia nutricional y que se toma únicamente por placer pero que no es necesaria para una alimentación sana. A pesar de que contenga agua y otras sustancias como sales minerales o vitaminas del grupo B, se impone su contenido de alcohol, que no la hace recomendable para el consumo.

Uno de los riesgos más importantes en cuanto a la nutrición es que la cerveza desplaza el consumo de otros alimentos. Es decir, cuando tomamos esta bebida dejamos de consumir otras que sí aportan al organismo lo que este necesita, como por ejemplo la leche.

Otro de los problemas directos que provoca su consumo es la deshidratación, ocasionada por varios motivos. En primer lugar, la propia composición alcohólica de la cerveza. En segundo lugar, su efecto diurético, que provoca que vayamos más al baño aumentando la pérdida de agua. Por último, los efectos del alcohol pueden enmascarar los síntomas de deshidratación que estamos padeciendo y agravar esa situación con un golpe de calor.

Zamora no coincide con el estudio en que exista un consumo que pueda considerarse “moderado”. Se trata de algo muy específico y para saber la cantidad “permisible” de cada individuo habría que estudiar para cada persona. Aún así, la recomendación para todos siempre sería prescindir del alcohol.

En los últimos años se ha puesto muy de moda la producción y consumo de cervezas artesanales. El experto nos indica que las diferencias se encuentran principalmente en el sabor que en lo nutricional.

Grupos de riesgo

El alcohol es peligroso para cualquier persona pero sus riesgos son mayores cuando hablamos de niños, jóvenes, embarazadas, lactantes y personas mayores. En el caso de los jóvenes, el alcohol puede alterar la alimentación en una de etapas que requieren más nutrientes. Estos se necesitan para metabolizar el alcohol por lo que se produce un gasto superior. En los casos más graves podría incurrir en deterioros de la cognición o del desarrollo.

Para las personas mayores, los efectos son similares. Llegada esa etapa de la vida, se necesita consumir alimentos con pocas calorías pero con una alta densidad de nutrientes, en los que no se incluye a la cerveza. Por otro lado, esta bebida disminuye la sensación de hambre y sed por lo que al estar saciados no consumiremos los alimentos que se necesitan.

Otro punto a tener en cuenta es que las personas mayores suelen consumir algún fármaco y el alcohol suele interaccionar con casi todos ellos. Conviene ser especialmente cuidadosos en el consumo de cualquier bebida alcohólica si se padecen enfermedades cardiovasculares o se tiene riesgo para padecerlas (colestelerol alto, hipertensión, diabetes, obesidad….).

El consumo de cerveza entre hombres y mujeres es similar, y también lo son los efectos en ambos. Hay algunos estudios que apuntan a una mejor capacidad de metabolizar el alcohol en los hombres. Sin embargo, los resultados no han sido concluyentes porque no se sabe si esto viene determinado por el género o por el hecho de que tradicionalmente los hombres han bebido en mayor cantidad. Según algunas hipótesis, esto habría ocasionado que el cuerpo masculino sintetizara la 'alcohol deshidrogenasa', es decir, la encima que metaboliza el alcohol.

Lo que sí se sabe es que la población asiática es la que menor tolerancia tiene al alcohol. Sus cuerpos tienen menor cantidad de esta enzima y esta diferencia biológica provoca que con sufran los efectos de la embriaguez consumiendo cantidades menores de alcohol.