Los rincones de la T4 de Barajas resguardan del frío historias como la de Juanjo. Estudió derecho y lleva 21 años en la calle desde que perdió su último empleo. "Yo no pensaba que me iba a encontrar en esta situación hasta que me he encontrado", afirma Juanjo. Los dos últimos, los ha pasado durmiendo en el aeropuerto. Ésta ha sido su casa. "Coges te vas y te aseas un poco, si te has buscado la vida, has vendido un carro y desayunas algo", cuenta Juanjo.

Juanjo pone rostro a las más de 30.000 personas que viven sin hogar. Ahora, tiene una plaza en un albergue gracias al Samur Social. Cada mañana recorre la terminal y ofrece su ayuda a las más de 30 personas que vienen aquí para refugiarse de la intemperie . Todo comienza con un saludo, y a partir de ahí les buscan un sitio para dormir y les ofrecen ropa. 

Aunque la gente siempre les pone la etiqueta de borrachos, Juanjo se revela ante esa generalidad. Su curriculum vitae es su único  equipaje. Porque a pesar de los estereotipos. Ellos se mueven.

Los sociólogos coinciden "la imensa mayoría de personas sin hogares llevan una actividad frenética para conseguir comer, llegar a los lugares, buscar trabajo". En definitiva, moverse para poder despegar y lograr la llave de su propio techo.