Tras nueve horas de intensa búsqueda, la Guardia Civil localizó a Juan Márquez herido y sin oponer resistencia en el monte a donde huyó presuntamente tras apuñalar a sus dos hijos, Laura y Juan Pablo. El rastro de sangre de sus heridas sirvió para dar con él y allí mismo tuvo que ser atendido y trasladado al hospital. "No hacía amigos pero nunca pensamos que pudiera hacer esto" confiesa José Morales, portavoz de la familia.

Tras su detención confesó el crimen, dijo que sólo quería asustar a su hija, con la que mantenía una tensa relación tras la muerte de su mujer siete meses antes por la herencia y por su nueva pareja. Ubrique quedó conmocionado durante días y meses después Juan cambió su versión, y acusó a sus dos hijos de matarse entre ellos.

"Si eso ocurrió así es muy raro que se fuera al monte, según él a intentar suicidarse, y no avisara a emergencias" dice Estanislao Naranjo, abogado de la acusación particular. Hoy en el juicio, cabizbajo negaba con la cabeza mientras escuchaba al fiscal decir que no mantenía económicamente a sus hijos tras la muerte de su mujer y que su hija llegó a pedir ayuda a servicios sociales. Pide para él 42 años de cárcel.