Eran las cuatro de la mañana cuando Andrea, una estudiante estadounidense afincada en Madrid, volvía a su casa en autobús. De repente, se dio cuenta de que no había cogido la línea correcta y se bajó en el intercambiador de Aluche y se sentó en unas marquesinas para ver cómo volver a casa.
De repente, un hombre que había estado acompañándola durante todo el recorrido se acercó para ofrecerle ayuda. Cuando se quiso dar cuenta, según ha denunciado Andrea en su cuenta de Facebook, comenzó a ponerse violento con ella y a intimidarla.
"No sé exactamente qué pasó después, pero tan pronto como me di cuenta de que estaba en peligro, intenté marcharme. Como me resistía, empezó a golpearme. Me arrebató el móvil. Intenté recuperarlo, pero me dijo: 'Tengo tu móvil, no puedes llamar a nadie'", relata la víctima en un mensaje publicado en las redes sociales.
Andrea, aterrorizada, intentó defenderse, pero los ataques del agresor fueron brutales. "Cerré los ojos con la esperanza de que dejara de pegarme, fingí estar muerta. Recé por que cuando abriera los ojos, él ya se hubiera ido". El agresor se marchó después de haberla violado. La dejó tirada en el suelo con la cara ensangrentada, sin apenas poder moverse.
Cuando se recompuso, Andrea huyó a toda velocidad del lugar en busca de auxilio. Logró parar a un coche, cuyo conductor auxilió a la joven, llamó a la ambulancia y trató de calmarla hasta que llegaron los servicios sanitarios. El resultado de la agresión: nariz rota y moratones y arañazos por todo el cuerpo.
Ella cuenta que la Policía abrió una investigación tras la denuncia, y el pasado martes detuvieron a un hombre, identificado por la víctima en una rueda de reconocimiento. Ahora, Andrea ha creado una iniciativa en Internet para ayudar a otras víctimas. En dos días, ha recaudado casi 4.000 dólares. Ella dice que su mayor fortuna ha sido poder contarlo.
Primera declaración ante el juez
Los padres de uno de los menores agredidos en Vigo denuncian que su hijo "recibe amenazas de 200 teléfonos" y que los agresores siguen en libertad
El contexto Decenas de menores han recibido palizas por parte de jóvenes violentos de su misma edad que les obligan a ponerse de rodillas y recibir todo tipo de humillaciones.