En cuestión de un año, Vladislav ha pasado de lucir símbolos anarquistas a presuntamente agredir a un mongol solo por sus rasgos asiáticos. Según ‘El periódico de Catalunya’ se relacionaba con un grupo antifascista y entre su círculo de amistades había muchos latinos pero de un día para otro cambió de bando, algo que cada vez está siendo más habitual entre los grupos radicales.

Les unen el fanatismo y la violencia gratuita y a veces eso está por encima de cualquier ideología. En el 22M, también se dio un caso. Entre los acusados de agredir brutalmente a decenas de agentes la policía nacional detuvo a un joven que antes había pertenecido a grupos de la ultra derecha.

Cuando se produce este cambio de ideología suelen ser muy jóvenes, entre 17 y 18 años. Vlad, el ruso, era muy asiduo al gimnasio. En numerosas fotografías lucía así su musculatura, según los expertos este tipo de jóvenes violentos se alimentan a través de las redes sociales.

Les gusta jactarse de agresiones brutales. Sólo en 2012 se produjeron al menos 1.400 delitos de odio en España.