El Tribunal Supremo celebra este miércoles la vista en la que revisará el recurso que Mikel Otegi, condenado por la Audiencia Nacional a 34 años de cárcel por atentado y por el asesinato de dos ertzainas en 1995, presentó contra esta sentencia, que corrigió otra absolutoria de un jurado.
El 10 de diciembre de 1995 Otegi, tras una noche en la que consumió bebidas alcohólicas durante un concierto, regresaba en su coche a su caserío a excesiva velocidad y fue seguido por dos agentes de la Policía Autónoma Vasca, según el relato de hechos de la sentencia.
Cuando los agentes acudieron a su casa para multarle, continúa la sentencia, el reo les recibió con una escopeta de caza para la que tenía licencia y les disparó a menos de dos metros. Más tarde, usando la emisora de radio de los propios ertzainas, llamó a su emisora diciendo: "Batasun, batasun. Para 1035. Un casero ha matado a dos cipayos por la política que seguís".
Otegi fue absuelto por un tribunal del jurado de nueve miembros un año y medio después de estos hechos, ya que aquel tribunal consideró que no era dueño de sus actos cuando hizo los disparos, que "se arrepintió" y que sufría un trastorno psíquico consistente en "una personalidad propensa" a creerse acosado "por parte de la Ertzaintza".
Aunque la sentencia fue inmediatamente recurrida, Otegi aprovechó la absolución para escapar a Francia, donde se incorporó a ETA y donde ha cumplido condena por pertenencia a banda terrorista desde 2003.
La sentencia de la Audiencia Nacional anuló todos los extremos valorados por el jurado y corrigió su veredicto, aunque no apreció la existencia de delitos de carácter terrorista, porque no quedó probado que Otegi perteneciera a ETA en el momento de los asesinatos, pero también por el modo improvisado en que actuó.