Entre los muchos ciudadanos -tanto pacientes de COVID como personas concienciadas con esta difícil situación- que han condenado las imágenes de fiestas y aglomeraciones que tuvieron lugar poco después del fin del estado de alarma se encuentran los sanitarios. No solo lamentaron la situación, sino que llegaron a denunciar escenas tan irresponsables como paradójicas: grabaron un botellón con un gran número de personas desde una planta UCI de un hospital de Madrid.

"Los sentimientos que nos surgen ante estas imágenes son rabia, indignación, enfado... pero sobre todo mucha preocupación", ha explicado María Mercedes López Martín, enfermera de Urgencias. Esa es la sensación generalizada, con un gran nivel de miedo. "Podemos volver, si no tenemos cuidado, a revivir lo peor de la pandemia con muchísimos casos de gente infectada", ha señalado Julián Ezquerra, portavoz del Sindicato AMYTS.

En esta misma línea se ha expresado también el portavoz de Sanidad de Comisiones Obreras (CCOO) en Andalucía, Rafael González: "La situación es muy similar a la que se vivió en Navidades. Ya vimos el reflejo que tuvo con la tercera ola, que fue la más mortal y dañina de toda la pandemia". Un desastre que sí o sí hay que frenar. Porque aglomeraciones de tal alcance como las que se dieron en Madrid o Barcelona el mismo 9 de mayo no pueden volver a ocurrir.

"Son verdaderamente amenazantes y suicidas porque nos pueden reintroducir en una dinámica de contagios intensificados cuando el virus está todavía presente y circulando y hay transmisión comunitaria", ha alertado Daniel López Acuña, epidemiólogo y exdirectivo de la Organización Mundial de la Salud. Los hospitales siguen llenos, los contagios continúan y las UCI siguen sufriendo el impacto del virus.

"En nada veremos que se está hablando de una quinta ola, de 'salvemos el verano'. O nos comprometemos todos o, desde luego, de esta no vamos a salir a corto plazo". Así de tajante se ha expresado Víctor Aparicio, portavoz de Sanitarios Necesarios. Mensajes como este, o como el de Mercedes López, va para todos aquellos irresponsables: "No estamos para celebrar absolutamente nada, la gente sigue enfermando y muriendo". El riesgo sigue ahí fuera y todavía no podemos permitirnos bajar la guardia.