Nada ha podido evitarlo. En estos momentos, el buque 'Rowan Renasens' perfora el fondo marino canario en busca de hidrocarburos. Lo hace a 54 kilómetros de la costa de Fuerteventura y 62 de la de Lanzarote. "Han bajado unas balizas a 800 metros de profundidad para geoposicionamiento y luego herramienta perforadora", nos cuenta Marcos Fraga, portavoz de Repsol.

Se trata de una cabeza perdoradora que primero abre un hueco para insertar una guía, para después, con la guía ya fijada, perforar aún más el fondo marino para meter una tubería de revestimiento, y ya a través de ella buscar petróleo a 3.100 metros bajo el nivel del mar. Según Repsol, sin poner en peligro el medio ambiente. Pero los ecologistas niegan que todo sea tan bonito.

El Gobierno Español ha obligado a Repsol a suscribir un seguro de responsabilidad civil por un valor superior a los 40 millones de euros, y una garantía financiera de 20 para cubrir costes de responsabilidad medioambiental. Y en el caso de dañar a personas, bienes o medio ambiente, tendrá que frenar sus operaciones.

El ministro de Industria saca pecho. Dice que el comienzo de la operación, aunque sólo lleve unas horas, demuestra que la campaña del Gobierno Canario contra los sondeos fue pura demagogia. "No va a haber ningún daño, y esa campaña estaba destinada a meter miedo a la población de manera infundada", ha señalado José Manuel Soria.

Porque los sondeos van a ser buenos para el turismo, dice: "Esas personas están haciendo gasto de hoteles, restaurantes, transporte, comercio...". Esas personas son 200 trabajadores que vienen a trabajar tan solo durante dos meses.

Paulino Rivero califica los sondeos como el mayor abuso cometido sobre las Islas Canarias desde la conquista. En cuanto pueda, Rivero irá a la zona del sondeo 'Sandía' para observarlo personalmente. Los primeros resultados los tendrá Repsol a finales de enero, pero las posibilidades de éxito, según Repsol, no alcanzan el 20%.