El PSOE se prepara para intentar romper el techo de los 90 diputados que le dejó el 20D. En su balance, Sánchez defiende que ha puesto por delante los intereses de España frente al independentismo catalán: "Dije que no iba a ser presidente del Gobierno a cualquier precio y he cumplido con la palabra, no he sido presidente con el apoyo de Podemos y con el apoyo oculto pero activo de formaciones independentistas".

Y en sus reproches a Podemos, habla de una izquierda nada realista: "No aspiro a asaltar los cielos, tan solo quiero sacar a los españoles del infierno de la desigualdad en el que lo ha metido las políticas de recortes de la derecha". Distanciarse de Podemos y sobre todo de Ciudadanos, es un remedio que ya apuntan desde algunas federaciones: "El PSOE se debe desentender rápidamente de su pacto con Ciudadanos y recuperar su programa electoral. El PSOE no debe mirar en absoluto a Podemos", asegura Javier Lambán, presidente de Aragón.

Un pacto de investidura que los de Rivera dan por caducado pero sin romper los puentes: "No signigica que tengamos que desentendernos, todo lo contrario, creo que a partir de ahora todos los partidos políticos tendremos que intentar llegar a acuerdos" dice Ignacio Aguado, miembro del Comité Ejecutivo de Ciudadanos.

El PSOE, dicen sus dirigentes, debe presentarse como una alternativa seria si quiere ganar con claridad los próximos comicios y para eso, entre los presidentes regionales hay quien prefiere hacer autocrítica: "Se ha desconcertado a los ciudadanos, se han cansado de tanto teatro" dice Susana Díaz. El escenario tras el 26-J podría ser muy similar, y si los pactos vuelven a ser imprescindibles los partidos políticos tendrán que recolocarse una vez más.