Mónica o Albert son dos personas arrepentidas por no haber recibido la vacuna contra el coronavirus cuanto antes. Ambos todavía se recuperan de la cara más dura del COVID-19 y cuentan su experiencia para que otros no la repitan.

Para moverse, Mónica Miras tiene que hacerlo en silla de ruedas, y tampoco puede respirar sin ayuda. "Me encantaría que esto ayudara a la gente a tomar la decisión de vacunarse", explica.

'Esto' es su experiencia en primera persona contra la pandemia, cinco meses de intensa lucha que comenzaron una mañana en la que le costaba respirar. A los dos días, tuvo que ser hospitalizada. En el vídeo nos cuenta que pasó del Hospital de Granollers al de Vic para finalmente ir al Clínic. "Allí estuve dos meses. Después, empecé a reaccionar y estuve ingresada dos meses más", recuerda.

Fueron semanas en las que reconoce que se sentía perdida: "No ves bien, no oyes bien, no entiendes nada... Era algo que no era real. No podía hacer nada completamente, ni comer, ni beber, todo llena de tubos".

Ahora está ingresada en una clínica donde día a día intenta recuperarse, todo por no haberse vacunado. En el caso de Albert Pérez, había reducido su vida social y creía que la vacuna no era necesaria para él.

"Al principio pensaba 'pues que se vacunen los otros', pero es un error", lamenta. Albert reconoce que ha "aprendido" la lección "de la peor manera posible", que es "casi muriéndose".

Ambos lanzan un mensaje común y nos hacen darnos cuenta de la importancia de la vacunación en la lucha contra la pandemia.