La última vez que se vio a José María Aznar en una convención Nacional del Partido Popular fue en 2015. "Cuando se supo que venía, muchos escribieron que volvía, pero no vuelvo de ninguna parte porque nunca me he ido", decía entonces.

A pesar de todo, el distanciamiento entre Aznar y el PP había comenzado diez años antes. Nunca hubo pleno entendimiento con su sucesor, la supuesta moderación en el PP que introdujo Mariano Rajoy no gustó al expresidente. De ahí el intercambio puntual de mensajes.

"En política no se está para empatar, ni para heredar, sino para ganar", decía Aznar en 2008. En 2011 Rajoy sostenía: "Si alguien se quiere ir al partido Liberal, que se vaya".

El propio Aznar confirmó en 2013 que la comunicación no fluía. Hasta llegar a no mirarse al compartir escenario en 2016.

La ruptura total llegó en 2016. En octubre Faes, fundación presidida por Aznar, rompe su vinculación con el PP y dos meses más tarde, a través de un comunicado, José María Aznar renuncia a la Presidencia de Honor del Partido Popular.

Todo da un giro de 180 grados hace unos meses. Aznar no fue invitado al Congreso, pero la victoria de Casado ha sido también suya. Desde ese día el PP ha emprendido una rehabilitación política de su figura.

La buena sintonía entre ambos es evidente y así lo demuestran sus gestos y comentarios. En octubre, Casado destacaba que "Aznar siempre va a ser una referencia ideológica en el PP". Una buena relación que se ratifica.