En el Hospital Santa Marina de Bilbao se vacunó todo el que pasó por allí y no se reservaron dosis para el personal de primera línea. Es lo que denuncia Marta Uriarte, una exenfermera del centro, que se quedó sin vacunar al tiempo que se inmunizó a sindicalistas, religiosos, trabajadores de la cafetería y mensajeros.

Marta ya tenía fecha para vacunarse, pero le surgió una urgencia inaplazable: "Me avisaron desde Alicante, que mi padre vive allí, de que se había puesto muy malo". La enfermera se tuvo que ir y, cuando volvió, ya no quedaban dosis.

"Yo estaba viajando y no llegaba a la única hora que me daban. Además pregunté: ¿no va a haber más tandas? No me dijeron nada", explica la antigua trabajadora del centro, que denuncia corrupción en la gestión del hospital: "Se vacunaba todo el que pasaba por allí. Yo estoy sin vacunar, me quedaré sin vacunar, pero no quiero estar en un sitio donde haya una corrupción de tal calibre".

"Hemos estado muy finos", decía el exgerente

Además, el periódico 'El Correo' ha publicado este jueves las conversaciones del gerente dimitido del hospital, José Luis Sabas, con la actual consejera de Salud, Gotzone Sagardui, donde, entre otras cosas, asegura que "hemos estado muy finos" a la hora de vacunar al personal hospitalario.

"Querida consejera, como sabrás, el martes 19 se va a proceder a la vacunación de nuestro 'hospital de mayores'", escribe Sabas el viernes 15. Le responde Sagardui: "Gabon Jose! No tengo olvidada una visita al centro".

En los mensajes le detalla cómo se desarrolla la campaña: "la vacunación va de maravilla", explica en uno de ellos. Más tarde, el martes 19 por la noche, informa de que ya han "vacunado a la totalidad del hospital, por supuesto los que han querido. Un total de 550 profesionales".

A Sagardui no le dijo que en sus mensajes se incluía a directivos, algo que sí hizo con la directora del servicio vasco de Salud, Rosa Pérez, que le preguntó directamente al respecto: "Sí, el equipo directivo se ha vacunado y prácticamente no han sobrado viales, hemos estado muy finos y organizados".

Un día después, cuando saltó la polémica, se justificó también a través de mensajes: "Somos el hospital con más COVID-19 de la comunidad. Del defecto sacaría virtud: hemos vacunado Santa María adrede por la situación tan complicada que tiene, bla bla bla".

Además del exgerente y otros directivos, la vacunación fue prácticamente una barra libre donde se incluyó a cuatro sindicalistas, cuatro miembros de servicios religiosos, cuatro trabajadores de la cafetería del hospital, dos de las empresas de vending y dos mensajeros.

La oposición pide a la consejera que valore su continuidad en el cargo, en el que lleva desde septiembre. El PNV y el lehendakari han manifestado su apoyo.