España mantiene el pulso en el conflicto de Gibraltar. El PP insiste en que España responderá a lo que ha calificado de "agresión" del gobierno del peñón, en referencia a la instalación de un arrecife artificial en el fondo del mar. Los gibraltareños, por su parte, creen que España utiliza este asunto para desviar la atención.
Si en la Línea cuesta encontrar a alguien a quien no le perjudique la polémica, al otro lado de la verja no ocurre lo mismo. Algunos se sí se sienten agravados."Se nota mucho, porque todo el turismo que entre en coche se lo piensa dos veces", se lamente una comerciante de gibraltar.
Pero otros comerciantes le sacan provecho a esta situación. Las colas en la aduana disuaden a gibraltareños que en lugar de comprar en la Línea, lo hacen en el peñón.
"Las colas para salir de Gibraltar me favorece en que no se van los clientes a España a gastar dinero", dice un comerciante gibraltareño.
Las colas en la aduana disuaden a gibraltareños, que en lugar de comprar en la línea lo hacen en el penón. "Si hay cola pues no voy. Si me tengo que gastar allí 100 libras, pues me las gasto aquí", dice un gibraltareño.
Para bien o para mal, en lo que sí coinciden gibraltareños y linenses es en sentirse víctimas. "He cumplido 59 años y esto sigue siempre igual", cuenta un gibraltareño.
Muchos creen que esta vez la tensión no es casual. Piensan que el motivo no es el lanzamiento de bloques de hormigón en aguas españolas. "Pueden pescar con otros métodos pero no con las redes", se queja una gibraltereña.
Creen que el Gobierno utiliza las amenazas como cortina de humo, para reavivar el enfrentamiento y que así no se hable de otras cosas más graves.
Sin embargo, según el PP, las medidas planteadas por Margallo no son en absoluto balas de fogueo. "El Gobierno va en serio y se ha pronunciado claramente; ya esta bién de tanto cachondeo", advierte Rafael Hernando, portavoz adjunto del grupo popular en el Congreso.
Una forma de referirse al problema que no convence al PSOE. "El Gobierno está conduciendo esta situación con una gran torpeza diplomática", opina Trinidad Jiménez, diputada del PSOE.
De momento, no lo ha hecho. El Gobierno británico dice seguir muy preocupado. Y mientras, el paso por la aduana sigue con largas colas de vehículos.