Minutos después de que se produzcan altercados, los Mossos acorralan a manifestantes y les obligan a ponerse en fila para fotografiarles encapuchados. Si algún joven se opone, los agentes insisten y no paran hasta que consiguen que oculte su rostro.

Después, los Mossos introducen las imágenes en un programa informatico y cruzan las fotos con los vídeos. El resultado final les permite identificar a personas.

Según explica Antonio Castejón, del sindicato de Mossos d'Esquadra, "por la ropa que llevan y por las fotos, se intenta saber quiénes son de acuerdo con las imágenes que se tienen". 

Esta técnica se conoce con el nombre de encapsulamiento y para los expertos roza la ilegalidad. José Aníbal Álvarez, abogado penalista, declara que, en función de la ley se puede identificar pero no "tomar fotografías a una persona porque para eso están las dependencias policailes".

Los Mossos insisten en que no hay otra forma de identificarlos, porque los vándalos también tienen sus técnicas. Aseguran que acuden a las manifestaciones con una sudadera de repuesto, la que se ponen para huir después de haber incendiado los contenedores. Por eso, es normal encontrarse con decenas de prendas tiradas en el suelo despues de una revuelta.