Ejemplo de ello es una escultura que le costó al IVAM diez veces más de su precio real. Es sólo una de las siete obras de Gerardo Rueda que el Museo compró entre 2006 y 2007, cuando la directora era Consuelo Císcar, imputada por su gestión del IVAM. Según el sumario, el propio conservador jefe del museo duda de la autenticidad de estas obras: "No podemos determinar salvo mejor criterio si se trata de una obra original o copia de una obra anterior"

Se trata de copias póstumas. Rueda no las realizó en vida y su heredero nunca facilitó al museo bocetos o maquetas que demuestren los planes del artista. EL IVAM pagó por ellas más de tres millones de euros pese a que la mayoría ni siquiera existían en el momento de la compra: "Algunas obras no existían. Se funden y se realizan una vez realizada la operación de compra-venta".

EL IVAM  es el principal valedor de Gerardo Rueda, el artista favorito de  José María Aznar. La propia Císcar acompañó al expresidente a la inauguración de una exposición dedicada a Rueda en Roma. Pero lo que quería Aznar era que el artista tuviera su propio museo en la capital española y pidió a Blesa que la Fundación Caja Madrid lo costeara: "Estas son las obras de Gerardo Rueda que sugiero para la compra"

En este caso ni siquiera la mediación de Aznar sirvió para que la Caja costeara un proyecto que consideró prohibitivo e innecesario.