A la espera de que Rajoy vuelva a encerrarse con el rey, su camarilla le deja clara las cosas al PSOE. El vicesecretario de Organización del PP, Fernando Martínez-Maíllo, ha dicho que si no quieren saber nada de ellos ahora, que no les llamen si consiguen seducir a Ciudadanos: "Nos tratan como apestados, pero si llegan a un acuerdo con Ciudadanos piden apoyo".

El PP no se abstendrá para que Sánchez gobierne apoyado en Rivera, algo que en cualquier caso no ven posible. El vicesecretario Sectorial del PP, Javier Maroto, ha declarado en Espejo Público que "el propio Rivera ha negado que vayan a apoyar con su voto o abstención a Pedro Sánchez".

Mientras, en Génova el núcleo duro trata de bunkerizar a Rajoy, intentando que no le arrastran una aguas, cada vez más revueltas, enturbiadas por la corrupción. El ministro de Justicia en funciones, Rafael Catalá ha insistido en que "la corrupción es de personas, no de organizaciones" y en que "si algo ha hecho el PP en los últimos años es fortalecer el sistema institucional para que no pueden darse casos de corrupción".

Con más o menos tino, se intenta desligar al líder en los últimos casos. El ministro de Sanidad en funciones, Alfonso Alonso, ha subrayado que "Rajoy tiene las ideas claras y expresa bien lo que se quiere desde el PP". 

Los que podrían sustituirle, de momento, callan. Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia, ha subrayado que "no se debe hacer futuribles porque se sabe que Sánchez quiere ser Presidente". Arrecian las voces que piden la cabeza de un líder achuchado por los casos de corrupción