Los vecinos de Xirivella, en Valencia, llevan un año conviviendo con unos pilares sobre los que debía descansar la ampliación de un puente, un punto negro de entrada a la capital valenciana. "Lo han dejado parado, que lo hagan", destaca un vecino. Pero las obras se paralizaron por una línea de alta tensión que atraviesa la zona."Lleva, por lo menos, un año así", detalla otro.

Las obras no se reiniciarán hasta que Fomento no apruebe una modificación técnica que el Gobierno en funciones no puede abordar. "Mientras el Gobierno está en funciones nadie mueve ficha", lamenta Xesus Veiga, profesor de Economía. Un caso muy parecido al de unas obras del puerto de Cangas de Morrazo. El nuevo dique de abrigo también está paralizado pendiente de un informe. "Corremos el riesgo de que este año sea estéril y sin cuentas públicas", declara el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.

Más que estéril, este año ha sido devastador para el empleo público. Actualmente hay, según el Sindicato de Duncionarios, 60.000 trabajadores menos que hace un año, pero la cosa podría empeorar. "Un Gobierno en funciones con unos presupuestos prolongados no podría negociar sobre ningún tema de retribuciones ni de oferta pública de empleo", explica Javier Camarillo, secretario General del CSIF.

Pero hay muchos más ejemplos de la parálisis que supone un Gobierno en funciones. "La inversión en hospitales, inversiones de bienes de equipo o bienes culturales", detalla el politólogo Pablo Simón. "Debe haber cierto consenso apra reabrir una hoja de ruta", explican desde la dirección de Bankia. La privatización de la entidad, que en principio debería completarse antes de final de año, depende de que haya nuevo ejecutivo. Una hoja de ruta de la que dependen muchos miles de millones públicos.