Iglesias endurece el discurso y dispara a todos. De Ana Botella saca a relucir cuando supervisó la huelga de limpieza en Madrid.
Sin nombrarle, ataca también a Albert Rivera y a sus propuestas. Aguirre, Rajoy, Mas, Pujol... Todos han recibido.
Una dureza que Monedero aplaude, e interpreta como una reacción a su salida de un partido, que, dice, "tiene generales ambiciosos y mediocres".
Y, sin dar nombres, vuelve a alertar de los riesgos que supone, según él, suavizar su discurso: "Hay otro problema: nuestra moderación. La moderación desarmaría a Podemos". Crítica que en el partido no se toman mal. Aunque Pablo Echenique asume que a todos les gustaría ser más libres, pero que la responsabilidad no se lo permite.