El pique empezó en Huelva, cuando Sáenz de Santamaría acudió a la jerga taurina para decirle a Susana Díaz que Juan Manuel Moreno Bonilla "se ha venido arriba, y la que te espera bonita". Pero a la candidata socialista no le hizo tanta gracia y enseguida respondió al envite, respondiendo que no sabe si era amenazante o si se estaba insinuando algo de ella, porque con ella que se metas, "pero con Andalucía no".

Con el pabellón en pie, ella también se vino arriba. "Y cuando le voy a contestar a la vicepresidenta es el día 22 en las urnas, ¡ganando!".

Hasta ese punto llegó el rifirrafe, porque la vicepresidenta ha decidido pasar del asunto. Pero el duelo de ellas ha acabado reforzando la autoestima del candidato del PP, que asegura que siempre se viene arriba.

El candidato del PP sólo se fija en sus piropos, y sus compañeros de partido le lanzaron unos cuantos salvavidas, recordando que él "no tiene lastres, como algunos", dijo en referencia a la corrupción. Y cuando habló de la presidenta andaluza le cambió el apellido, llamándola "Susana Díez".

Desliz, de momento, porque la que sí se apellida Díaz insiste en que quiere revalidar escaño, pero solo en el parlamento andaluz.