Esta mañana había muchísima desinformación entre abogados, procuradores, funcionarios y ciudadanos porque hoy, en teoría, entraba en vigor la nueva tasa judicial. Sin embargo, quienes han pasado por los juzgados han encontrado un serio problema, y es que el formulario para hacer efectivo el pago de ese canon, un formulario que depende de la Agencia Tributaria y del Ministerio de Hacienda, no estaba preparado. No estaba impreso. Ante este problema, el Ministerio de Justicia ha asegurado que nadie va a tener que pagar la tasa hasta que esté listo el impreso, pero no especifica cuándo va a ser eso.

La tasa no va a tener tampoco carácter retroactivo. Desde los colegios profesionales dudan de dicha afirmación, lo quieren por escrito, así que arranca con bastante incertidumbre esta especie de 'peaje económico' por acudir al poder judicial.

"Hoy aquí dentro anda todo el mundo perdido, andaba por los pasillos preguntando al primero que aparece", asegura el abogado Juan Ignacio Gil. "Ha entrado en los juzgados. En la ventanilla me ha dicho que tenía que acreditar el pago. Le he dicho que no había impresos y me ha dicho bueno, voy a consultar con un compañero", decía el letrado Juan Luis Durán.

"Cuando ya tenían las tasas se dieron cuenta y dijeron, anda si faltan los impresos, si estamos en España", bromea un afectado. El incremento de tasas es un obstáculo más para ciudadanos que tienen litigios con multinacionales o aseguradoras. Es el caso de Chus y Sofía, sus maridos trabajaron en los astilleros de Ferrol, afectados por el  amianto, murieron de cáncer de pulmón. Recurrir al Supremo les cuesta, ahora, 1300 euros.

"Habrá personas que dirán, prefiero perder lo que tengo que de alguna forma emprender acciones"

"Aquí hay muchas viudas que no tienen para pagar, están con pensiones muy bajas", cuenta María Sofía Ruiz, viuda de un trabajador afectado por el amianto.

Los que tienen que ganarle un juicio a la banca también ven su camino mucho más difícil, es el caso de los afectados por las preferentes. "Habrá personas que dirán, prefiero perder lo que tengo que de alguna forma emprender acciones", asegura José Luis Salgado, afectado por las preferentes. Recibir lo que les corresponde no es ahora una cuestión de justicia, sino de caridad.