El partido de Albert Rivera, Ciudadanos, puede ser la tabla de salvación a la que deseen agarrarse muchos gobiernos, y ellos lo saben. Los sondeos les colocan ya en el podium de los más votados, incluso en plazas míticas para PP como Madrid y Valencia. En esta última precisamente, la última encuesta publicada les sube a segunda fuerza.
En su primera visita a Canarias, Albert Rivera ha dado pistas sobre cuál va a ser su estrategia. "No lo veremos como rivales, sino como compatriotas", dice. Aunque luego matiza que se ha explicado mal y advierte, "que no se confíe el que tenga más votos, puede haber otros pactos".
"Gobierna el que tiene la mayoría y el que es capaz de construir la mayoría" es su conclusión. Lo que está claro es que, si quieren, en algunos sitios ellos podrían tener la llave de las mayorías. Por ejemplo en el Palacio de Cibeles, donde podrían facilitar un gobierno del PP. Y lo mismo pasaría en la comunidad.
Los candidatos van asumiendo que estarán condenados a entenderse como sea. El candidato socialista, Ángel Gabilondo lo tiene claro: "Escucharemos a los ciudadanos y si hay puntos comunes entre partidos lo normal es que se encuentren".
El asalto electoral en Andalucía ha hecho que los partidos se replanteen sus estrategias. El PP, antes de las elecciones, hablaba de Ciudadanos con desdén pero después del batacazo popular y los 9 diputados de Ciudadanos, hasta les dan la bienvenida. El propio Rajoy dice ahora que "cualquier fuerza política es respetable. Si proponen cosas buenas les damos la bienvenida".
Si algo ha dejado claro la primera batalla en las urnas es que hay que cambiar el chip y empezar a ponerse en modo pacto.