El ex secretario general del PP Francisco Álvarez-Cascos afirmó al juez del caso Bárcenas, Pablo Ruz, que aunque el procedimiento de pago ordinario del partido eran los cheques y las transferencias, él no pondría "la mano en el fuego" por que no se pagara alguna vez en metálico.
"Yo recuerdo que el procedimiento ordinario eran las transferencias y los cheques. No sé si alguna vez, excepcionalmente, por alguna razón administrativa o burocrática, esto se podría haber quebrado. No pondré la mano en el fuego por eso", aseguró en su declaración ante el juez el pasado 13 de agosto tras ser preguntado sobre si él había recibido pagos en metálico, según la transcripción de la misma.
Interrogado por una de las acusaciones sobre si en el PP se pagaban "sobresueldos, pluses o gratificaciones" a algunos cargos, respondió que no compartía el concepto "sobresueldo", sino que prefería hablar de "complementos" porque el otro término "tiene otras interpretaciones".
"Si, utilizando mi descripción conceptual, me pregunta si en el Partido Popular los cargos de responsabilidad que exigían dedicación tenían retribución, le digo que sí, empezando por el secretario general", reconoció.
En otro momento de la declaración, el ex secretario general afirmó que no recordaba haber recibido "nunca" pagos en efectivo, incluyendo la anotación "Entrega P.A.C." de 4 millones de pesetas en 1995 que figura en los papeles manuscritos de Luis Bárcenas con la supuesta contabilidad paralela y que el extesorero atribuyó a Álvarez-Cascos. "Yo no he recibido nunca dinero en efectivo y, por lo tanto, esa anotación", apuntó.
Álvarez-Cascos negó también haber percibido retribuciones del PP mientras fue ministro de Fomento y, respecto a los donativos anónimos de la supuesta contabilidad B, dijo que no los conocía porque era un asunto que lo llevaba el tesorero, cuyas competencias "nunca" invadió. "Yo doy por descontado que la tesorería lo hacía con pulcritud y rigor", subrayó.
"El Partido Popular es un partido normal, y los partidos normales, a diferencia de la KGB, de los partidos de los comunistas, de la GESTAPO o de los partidos nazis, o de Método 3 de los partidos socialistas, no teníamos sistemas de espionaje interno nunca", indicó luego al juez al ser preguntado por el mecanismo que establecía para fiscalizar a la tesorería cuando era secretario general.
El exministro se desvinculó totalmente de los donativos de empresarios que aparecen en los papeles de Bárcenas, quien explicó al juez que siempre se informaba de ellos al presidente y al secretario general del partido.
"Lo que informara el tesorero a los demás lo desconozco, al secretario no le informaba, entre otras cosas porque no tenía que informarle, y el secretario general tampoco le preguntaba", añadió. Los investigadores sospechan que esas donaciones anónimas se ingresaban luego fraccionadas en una cuenta del PP, algo que Bárcenas dijo desconocer. "Jamás he tenido noticias de esa práctica", aseguró.
Sobre si recibió a estos empresarios en su despacho cuando era ministro, respondió que "claro que sí", pero que lo hizo "con normalidad" dentro de sus funciones ministeriales, en las que tuvo relación con más de 400 empresas.
Álvarez-Cascos fue tesorero del partido entre 1990 y 1993, pero, según su declaración, durante ese periodo no estableció ningún mecanismo de control distinto al que ya había y Bárcenas, como gerente, era quien controlaba las cuentas.
Explicó también no haber participado nunca en ningún negocio con Bárcenas ni haber recibido dinero de empresas vinculadas a Francisco Correa, presunto cabecilla de la trama Gürtel. De los papeles manuscritos de Bárcenas con la supuesta contabilidad B, el exministro apostilló: "Creo que no tengo que especular con quién puede ser o quién no puede ser el que figura en unos documentos cuyo origen ni el qué, ni el porqué, ni el para qué desconozco de su existencia". A este respecto, se negó a hacer "quinielas" con ellos.